3.6.12

LA SOBERANIA CAMBIARIA

Por el Lic. Horacio Rovelli

La política cambiaria es de suma importancia porque permite relacionar los precios de nuestro país con el resto del mundo.  Esto es, relaciona el precio de los salarios de nuestros trabajadores, lo que producimos, los alimentos, los medicamentos,  la energía, etc. con el resto del mundo.

La fuerte depreciación de nuestra moneda con que se salió del tipo de cambio fijo y de  la convertibilidad  sirvió como “colchón” cambiario,  pero la persistente suba de precios internos hizo que desde que asumiera el gobierno de Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003, se incrementaran los salarios por encima de los precios, ambos por encima de la tasa de interés y del crecimiento del tipo de cambio (valor del dólar), así por ejemplo, en el año 2011, según el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, el promedio de crecimiento de las remuneraciones por las convenciones colectivas de trabajo fue en un 27%, mayor que el crecimiento de los precios (midiéndose como se quiera medir), y mayor que la tasa de interés, y que el crecimiento del dólar que no alcanzo al 8% anual[1].

Bien, una vez más el “campo” que es nuestro principal exportador, presiona para que se devalúe nuestra moneda, alimentando un mercado negro o paralelo, donde parte de los sectores con capacidad de ahorro, asustados por la propaganda de los grandes medios privados, terminan pagando por el dólar lo que no vale[2].

La asociación que de hecho existe entre los principales medios de comunicación (el grupo “Clarín”; La Nación, los canales pertenecientes al grupo De Narváez; a Ámbito Financiero; etc.) y los grandes productores de soja principalmente (Grobocopatel; Del Tejar; Cooperativa de la Federación Agraria Argentina; etc.), los grandes acopiadores y comercializadores de granos (ADM; Louis Dreyfus; Nidera; Cargill; La Plata Cereal; Bunge Cerval; Continental Grains;); y grandes empresas del sector (Molinos Río de la Plata; Aceitera Gral. Deheza; Aceitera Vicentin; etc.) conformaron el núcleo del frente opositor a la Resolución 125,  y hoy en forma más encubierta están tratando de que el gobierno pierda la administración del tipo de cambio, mientras paralelamente no admiten que le reajusten el valor fiscal de sus campos.

En nuestro país existe una relación inversamente proporcional entre el valor del tipo de cambio (del dólar) y el salario, cuando el dólar sube, el poder adquisitivo del salario se cae.  En ese marco la soberanía cambiaria es que el gobierno continúe administrando el tipo de cambio y con ello protegiendo el poder adquisitivo de nuestro salario, no solo por una cuestión de justicia social, sino porque además nuestro país históricamente crece cuando crece el mercado interno, mercado que se nutre y se sustenta del salario.

La pregunta y la prueba de fuego de defensa de la soberanía monetaria y cambiaria va a estar dada en la medida en que no se ceda a la presión de los “devaluacionistas”, en que se impulse el crédito a la producción, y se defienda el trabajo y el mercado interno,  en un marco de crisis internacional y necesidad imperiosa de disciplinar a los que más se han beneficiado en la historia de nuestro país


[1] El dólar se cotizaba a $ 3,95 en diciembre de 2010, y fue del $ 4,26 en diciembre de 2011
[2] Este grado de temor es tan grande y generalizado en amplios sectores medios altos y altos de nuestra sociedad, que en el año 2008 cuando la crisis tenía como epicentro los EEUU con la caída de los principales bancos de ese país (Lehman Brothers; Bers Stern; mutuales de crédito, etc.), los únicos países que demandaban dólares de la Reserva Federal de los EEUU eran Argentina y Rusia

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